Durante 2021, la FHES ha implantado un nuevo modelo de pulseras que incorpora pulseras rojas para identificar a los pacientes que sufren de cualquier alergia registrada en la historia clínica. Estos pacientes se diferencian del resto, que llevan la pulsera amarilla.
Esta implementación responde al objetivo de identificar a los pacientes en los que previamente se han notificado alergias a medicamentos u otras alergias importantes durante la atención médica, con el fin de prevenir complicaciones que puedan agravar su condición.
La identificación debe realizarse en cualquiera de los puntos de llegada de los pacientes al Hospital y las impresoras de estas nuevas pulseras se han localizado en los diferentes lugares de entrada de pacientes al hospital: Urgencias, Admisiones, Hospital de Día, UCSI, y el resto de unidades. Esto facilitará la identificación y reposición de las pulseras, en caso de que estén dañadas ya que deben mantenerse durante toda la estancia hospitalaria.
La identificación inadecuada del paciente es una de las principales causas de errores en la atención médica y la práctica con mayor impacto en la seguridad del paciente. Sin embargo, usar la pulsera de identificación no es suficiente. Los datos de la pulsera deben ser validados con la identificación activa del paciente (PAI) que implica preguntar al paciente su nombre, apellidos, y también su fecha de nacimiento. Las situaciones de riesgo a las que es especialmente necesaria esta identificación son: administración de medicamentos, obtención de muestras de sangre y líquidos, transfusiones de sangre y hemoderivativos, exámenes radiológicos, intervenciones invasivas o quirúrgicas, traslados de servicios, identificación de madre-bebé.
Con el objetivo de sensibilizar a profesionales y usuarios sobre la importancia de esta práctica de seguridad del paciente, la FHES celebra, mañana, miércoles 17 de marzo, el Día Institucional de la Identificación Activa del Paciente (PAI). Esta acción se enmarca en la campaña "La seguridad es asunto de todos", organizada con el objetivo de implicar a todas las partes para evitar daños innecesarios a la atención sanitaria.